El polémico spot de KFC, que se difunde en Australia, tiene intercambios de fluidos, lametones, chicas sexys bebiendo de una ‘cañita’ mientras miran de forma sugestiva a la cámara.
El comercial, eso sí, parece una experiencia sexual engañosa, porque reemplazando el sexo real por batidos hipercalóricos lo último que conseguirás es ser como los protagonistas del anuncio.
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