Así, en vez de utilizar a los simpáticos perritos en la detección de olores, se espera que la máquina identifique con mayor facilidad a las personas que tengan intenciones de cometer algún acto terrorista, que trafiquen con drogas o que estén por cometer cualquier clase de delito.
¿Cómo logrará hacerlo? A través de sensores que detectarán la presencia de la feromona, hormona causante del miedo.
Aunque no todo es tan fácil como parece. Uno de los principales inconvenientes es que el uso de perfumes o los cambios que el cuerpo humano produce naturalmente sobre la producción de feromonas, pueden alterar los resultados del análisis.
Los encargados de este invento indican que próximos pasos para complejizar esta máquina es identificar los olores humanos por raza, edad o género para construir el perfil de los criminales durante o después de algún incidente.
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