Un equipo de científicos estadounidenses de la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia (AAAS, por sus siglas en inglés) ha identificado, hasta el momento, a más de 6.000 especies distintas que viven en el fondo marino de la Antártida, la mitad de ellas, "ejemplares únicos del continente helado", lo que refuerza la teoría que defiende la riqueza y diversidad de la zona.
Según explican sus responsables, la investigación, que se inició en 2005, proporciona puntos de referencia para futuros estudios acerca de la "enorme variedad" de seres marinos que habitan en las frías aguas de la Antártida y sobre cómo responderán a los cambios ambientales que la ciencia prevé. Se trata de un seguimiento a largo plazo de los modelos de calentamiento global del océano para detectar los 'puntos calientes de biodiversidad'.
"Las poblaciones de 'krill' (especie de camarón invertebrado que sirve de alimento a pingüinos, ballenas y focas) --en la imagen-- se están reduciendo como resultado de una disminución de la capa de hielo del océano, mientras que un crustáceo mucho menor de la familia de los 'copépodos' está dominando las zonas que una vez ocuparon ellos", señala el biólogo marino del Centro británico de investigaciones antárticas (BAS, por sus siglas en inglés), Huw Griffiths.
Para el científico, fenómenos de esta naturaleza modifican el equilibrio de la red de alimentos a favor de los depredadores marinos, como las medusas, que no son comidos por los pingüinos y por otros predadores superiores del Océano Austral. "La reducción del hielo del mar también afecta a los pingüinos que se reproducen en el hielo", añade.
"Las regiones polares se encuentran entre los lugares en los que el calentamiento de la Tierra es más rápido. Además, las predicciones indican que en el futuro vamos a experimentar un aumento de las temperaturas superficiales del mar, de la acidificación del océano y una disminución del hielo marino en invierno; lo cual tendrá un efecto directo sobre la vida marina", asegura Griffiths.
En este sentido, recuerda que los animales marinos pasaron millones de años adaptándose a la congelación y a las condiciones estables de las aguas antárticas, por lo que son "muy sensibles a los cambios". "Esto les convierte en excelentes indicadores del cambio ambiental, aunque si son incapaces de moverse o adaptarse a las nuevas condiciones podrían acabar por extinguirse", advierte.
Fuente: Que es
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