Los exiliados cubanos en EE.UU. protestaron portando carteles que decían: “Juanes, amigo de los asesinos Castro” y “Juanes, Olga Tañón y Miguel Bosé, traidores”
El anunciado concierto del cantante colombiano Juanes en Cuba en setiembre continúa desatando numerosas controversias dentro del exilio cubano de Miami, que acaparan durante varias horas del día los medios de prensa de la urbe del sur de Florida.
En protesta por la presentación del artista en La Habana, la organización Vigilia Mambisa se reunió el viernes en la céntrica Calle Ocho y bajo el lema “Un martillo y un disco de Juanes” rompió decenas de discos del popular intérprete sudamericano, mientras portaban pancartas de condena al concierto.
“Juanes, Olga Tañón y Miguel Bosé, traidores”, decía uno de los carteles. En otro se podía leer “Juanes, amigo de los asesinos Castro”, al tiempo que los manifestantes quemaron una camisa negra en alusión a uno de los éxitos musicales del ganador de 12 Grammy Latinos.
Miguel Saavedra, presidente de Vigilia Mambisa, señaló airado su desacuerdo con la iniciativa de la estrella colombiana, uno de los más insignes representantes del pop latino en la actualidad: “Juanes cantará con un grupo de artistas como Silvio Rodríguez, que firmaron una carta en la que apoyaban el fusilamiento de tres jóvenes negros cubanos (en 2003) que intentaban salir del país. ¿Eso es un concierto apolítico?, se preguntó.
De otro lado, Carlos A. Saladrigas, copresidente del Grupo de Estudios Cubanos, expresó hoy en una columna en “El Nuevo Herald”, que “los recalcitrantes de adentro, al igual que los de afuera, no quieren que el concierto se lleve a cabo”.
Saladrigas reconoció su error cuando se opuso a que se cancelara el crucero que planeaba llevar miles de feligreses desde Miami a Cuba durante la visita del papa Juan Pablo II en enero de 1998.
“Lo logramos, pero me arrepentí profundamente de haber estado en su contra y no debemos volver a cometer el mismo error”, relató.
Prominente empresario cubanoamericano, Saladrigas ha reiterado en varias ocasiones que “hay tres tipos de exilio: el minoritario y apasionado de los 60, el que tiene familia en la isla, envía dinero y es apolítico, de los años 80, y los que nacieron en el exterior, son pragmáticos y quieren un cambio, pero no traumático”, del que se considera parte.
“Si Juanes cancelara este concierto por temor a las presiones del exilio, solo ganaría el régimen al volver a caracterizar al exilio cubano como intolerante y recalcitrante, y además eliminaría el riesgo que conlleva el concierto”, reseñó en el periódico.
En su comentario Saladrigas asegura: “Es hora de abrirnos al pueblo de Cuba y de poner su bienestar por encima de dañar al régimen. Ya no es ni creíble, ni sostenible, que nos aferremos como exilio en ser el árbitro de lo que es bueno o malo para Cuba. Para eso están las voces de los cubanos en la isla, de los disidentes, de los blogeros, de las iglesias y del mismo pueblo”.
Y concluye Saladrigas: “Espacios de apertura como el que ofrece Juanes ayudan a quebrantar las estructuras totalitarias y represivas. Si aprendiéramos a aprovechar los espacios que de forma incremental ofrecen los regímenes decadentes, quizás podamos contribuir a acelerar la tan necesaria e inevitable transición”.
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