Los poblados siguen inundados y continúan los aludes en al país asiático tras el paso de la tormenta la semana pasada. El presidente Ma Ying-jeou pidió disculpas al pueblo por la lenta respuesta del Estado ante el desastre.
Los primeros cargamentos de ayuda extranjera llegaron hoy al país, que fue golpeado por le tifón Morakot el lunes último, con paneles plásticos para residencias improvisadas, así como tabletas de purificación de agua, además los taxistas de la capital contribuían a las labores de urgencia transportando arroz y fideos instantáneos a la región rural del sur, la más golpeada por la tormenta.
El presidente Ma Ying-jeou, que anunció que la cifra de muertos causada por el tifón podía exceder los 500, ofreció una disculpa por la lenta respuesta del gobierno al desastre.
“Siento mucho que nos hayamos demorado. Como presidente, asumo plena responsabilidad por garantizar que las tareas restantes sean realizadas bien”, aseguró el mandatario.
Los equipos de rescate siguen trabajando para rescatar a 4.224 personas de entre las ruinas de aldeas inundadas y arrasadas por aludes. Miles de sobrevivientes desplazados seguían en albergues temporales en estadios y tiendas de campaña una semana después del tifón.
La reubicación de aproximadamente 7.000 personas, cuyas viviendas fueron destruidas, se aceleraría luego de que un cargamento de casas prefabricadas llegase de Gran Bretaña y China hoy.
La cancillería de Taiwán señaló que los helicópteros de Estados Unidos capaces de transportar excavadoras y grúas iban a llegar pronto para ayudar en los rescates y la reconstrucción de caminos.
El tifón Morakot dejó caer más de 200 centímetros de lluvia y aisló a miles de personas en aldeas en la región montañosa del sur. Hasta el sábado, 21.199 residentes habían sido transportados a zonas seguras.
La tormenta fue el peor desastre climático en Taiwán desde 1959, cuando más de 600 personas murieron a causa de un tifón.
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