La mujer, Julia Grovenburg, descubrió la situación durante una ecografía a la que se sometió a las ocho semanas de embarazo y que mostró a dos bebés separados por dos semanas y media, uno claramente más desarrollado que el otro, ante lo que los doctores apuntaron la posibilidad de que se tratara de un caso de superfetación.
Según explicó a la prensa estadounidense el especialista en Obstetricia Patrick O'Brien, portavoz del Royal College of Obstetricians and Gynaecologists, al año sólo se diagnostica un caso de este tipo en todo el mundo. "Es algo extraño, porque cuando una mujer concibe, sus hormonas cambian drásticamente y estos cambios frenan su ovulación y le impiden volver a concebir", indicó.
Aunque se le practicarán más pruebas a la madre y los bebés cuando nazcan para aclarar qué ha sucedido, el doctor O'Brien advirtió que los Grovenburgs no podrán tener una certeza absoluta, ya que en su caso, los test no podrán descartar que se trate de gemelos.
"En ocasiones es difícil estar seguros, porque una mujer puede estar teniendo gemelos no idénticos con marcadas diferencias en su tamaño desde el primer momento de embarazo", apuntó, recalcando que "si hay una gran diferencia de tamaños entre los bebés, la primera sospecha es que uno de ellos no se ha desarrollado tan bien".
No obstante, puntualizó, la superfetación se convierte en una sospecha más ajustada a la realidad cuando los bebés parecen tener una diferencia de edad de más de dos semanas.
Además de haber sido afectados por este extraordinario fenómeno, los bebés nacerán oficialmente en dos años diferentes: uno a finales de este año y el otro a principios de 2010. No obstante, los dos --que se llamarán Jillian y Hudson-- nazcan juntos, de forma natural o por cesárea, según las necesidades, el próximo diciembre.
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