Más de 200 personas resultaron heridas en el ataque en la ciudad de Peshawar, el más mortífero en una intensificación de la violencia este mes. El Gobierno lo atribuyó a milicianos que procuran vengarse de una ofensiva del ejército lanzada este mes contra Al Qaeda y el Talibán en su bastión cerca de la frontera afgana.
La poderosa explosión destruyó gran parte de un mercado donde se vendían brazaletes, vestidos y juguetes, que era muy concurrido por mujeres y niños. Varios edificios se desplomaron, incluyendo una mezquita, y otros comercios quedaron envueltos en llamas en un sector antiguo de la ciudad surcado de callejuelas.
Numerosos voluntarios corrieron a rescatar a los sobrevivientes atrapados debajo de los escombros. Un edificio de dos pisos se vino abajo mientras los bomberos lo rociaban de agua, lo que provocó el pánico en la zona.
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