Giuliano Stroe entró en los récords Guinness después de realizar una serie de ejercicios que dejó boquiabiertos al jurado y al público de un programa de televisión italiano.
Increíble. Un pequeño de cinco años de edad que vive en Italia ha entrado en el libro de los récords Guinness. El motivo: es el fiscoculturista más joven de la historia. Lleva entrenando desde que tenía dos años. Es un caso que está en el otro extremo al de Bob Delmonteque, un tipo de 85 años con el cuerpo de un veinteañero.
A este niño, en cambio, sus padres, en lugar de enseñar a leer, le dieron unas pesas. Su fuerza y capacidad física han asombrado a propios y extraños. Hace poco dejó con la boca abierta al jurado y al público de un programa italiano: es el más rápido en andar 10 metros con las manos mientras lleva un pesado balón entre sus pequeñas piernas.
Su caso ha saltado a la prensa internacional, que reseña con asombro sus capacidades físicas. Pese a que esto puede ser criticable para muchos, el padre del pequeño está contentísimo. Lulian Stroe, de 33 años, se jacta de que lleva a su hijo a entrenar desde que nació. “Nunca se le permite que se ejercite por su cuenta, porque es solo un niño. Si se cansa, vamos a jugar”, señala.
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