La caída del Muro de Berlín cumple 20 años (video)


El ícono de la Guerra Fría abrió sus puertas en 1989 y, con ello, marcó el inicio del fin de las tensiones de un mundo bipolar.

Cuando ya miles de alemanes cruzaban hacia el lado occidental de Berlín, la actual canciller alemana, Ángela Merkel, que vivía en el este, disfrutaba del sauna, como cada jueves. “Cuando salí, el puesto fronterizo de Bornholmer Strasse estaba abierto. Entonces pasé al otro lado”, contó a la televisión local.

Así como ella, gran parte de los ciudadanos de la República Democrática Alemana (RDA) se sorprendieron con la noticia. La tarde de ese 9 de noviembre de 1989, el portavoz del Politburó, Günther Schabowski, anunciaba a la prensa la imprevista medida. “A mi entender (el permiso) entra en vigor… con efecto inmediato”, decía el vocero, luego de informar que su gobierno permitía viajar al oeste libremente.

Así se puso fin a 28 años de división por el Muro de Berlín, el símbolo de la Guerra Fría. Alemanes de ambos lados se abrazaban, lloraban, iban de un lado al otro. Comenzaba a quedar atrás la idea de un país repartido por las potencias vencedoras de la Segunda Guerra Mundial –Estados Unidos, Francia, Reino Unido y Rusia–, pero también se evidenció sus profundas diferencias.

LA DIVISIÓN. La construcción del Muro de Berlín se dio como consecuencia del mundo bipolar de entonces. En 1961 se comenzaron a instalar alambres de púas en la ciudad para hacer frente al éxodo de oriente a occidente –que vivía un “boom’ económico tras la guerra– y, poco después, comenzaron a aparecer las primeras víctimas mortales por tratar de cruzarlo.

Los años pasaron y el mundo comenzó a cambiar. El líder de la entonces URSS Mijaíl Gorbachov anunciaba las reformas de la Perestroika (1985), Hungría abría su frontera con Austria –lo que fue aprovechado por miles de alemanes para cruzar al occidente– y Polonia se despedía de su régimen comunista con elecciones libres. Sin embargo, el gobierno de Erich Honecker no alteró su política en la RDA.

Esa estrategia no sirvió. Las masivas manifestaciones por libertades en 1989 ya se sentían en todo el país. Además, como para encender más la chispa, opositores denunciaron unas fraudulentas elecciones municipales en el Berlín oriental. Por ello, Honecker tuvo que ceder el poder a Egon Krenz y, semanas más tarde, se permitió el libre paso por el muro como medida para calmar a las masas. “Creíamos que permitiendo los viajes al extranjero salvaríamos a la RDA”, declaró el vocero del Politburó Günther Schabowski, recientemente.

TODAVÍA DOS ALEMANIAS. Pese a que han pasado 20 años desde la caída del muro, el país aún está dividido, sobre todo económicamente. Por ejemplo, el desempleo en la antigua zona socialista es del 11.8%, contra el 6.6% de sus vecinos de occidente. Además, se estima que la zona de la otrora RDA recién alcanzará el nivel económico del oeste en 50 años.

Sin embargo, pese a que aún tienen muchos retos por cumplir, nadie niega hoy en día que Alemania es una sola y que tiene grandes motivos para celebrarlo.


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