La investigación, desarrollada entre agosto de 2008 y de 2009, fue realizada en Santiago por el Instituto de Ciencias de la Facultad de Medicina Clínica Alemana-Universidad del Desarrollo, encabezada por su directora, Paulette Conget.
Para evaluar el efecto sobre los ratones, los investigadores administraron a un grupo de animales diez gotas diarias de cerveza (200 microlitros) durante tres meses y medio, mientras que a otro grupo se le mantuvo su dieta normal.
Al ser sometidos a un estrés controlado después de ese período de tiempo, los individuos que habían consumido cerveza presentaron menores niveles de las moléculas marcadoras de estrés, como el cortisol y las catecolaminas, que aquellos que no la habían ingerido.
Según Conget, las diferencias observadas son estadísticamente significativas y al realizar experimentos independiente con distintas camadas de roedores se observaron los mismos efectos.
En tanto, para analizar el efecto sobre el metabolismo, algunos ratones fueron alimentados con una dieta normal y otros con una dieta rica en grasas, y la mitad de los individuos de cada grupo recibió diez gotas diarias de cerveza.
Los ratones que consumieron la dieta rica en grasas y cerveza subieron menos de peso que aquellos que fueron sometidos a la misma dieta pero no ingirieron esa bebida alcohólica, pese a que el acceso al agua y a la comida era libre y su actividad física era la misma.
Así, los animales que consumen cerveza adquieren menos peso por cada caloría ingerida, lo que se asocia a una mejor "eficiencia metabólica" y a un aumento en la sensibilidad a la insulina en los roedores que consumen la bebida de forma responsable y regular.
En cambio, el consumo regular de cerveza, incluso durante diez meses, no alteró el peso de los animales que se alimentaron con la dieta normal.
Estos datos dan sustento a otros estudios internacionales realizados a partir de encuestas sobre hábitos de consumo y salud en la población.
"Esta investigación da un soporte científico a estudios poblacionales hechos en España, Alemania y EEUU, donde se muestra que personas que han consumido en forma responsable cerveza desarrollan menos diabetes tipo 2 (caracterizada por una pérdida de la sensibilidad a la insulina)", explica Conget.
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