Contagiado de la alegría que, según dijo, le deja la entrega de obras, el mandatario reconoció que no le será fácil alejarse de la Presidencia.

Contagiado por la alegría de los pobladores de San Martín de Porres y del Callao, como él mismo dijo, el presidente Alan García se atrevió hoy a reconocer que le resultará difícil dejar el poder en 2011, aunque no cerró la posibilidad de tentar alguna nueva oportunidad de volver.

García hizo esta ‘confesión’ tras lanzar la convocatoria para la instalación de servicios de agua potable y alcantarillado en 48 asentamientos humanos de Oquendo, Santa Rosa y El Naranjal, así como Chuquitanta, en San Martín de Porres y el Callao.

Asimismo, el líder aprista, quien acaba de cumplir 60 años, prometió que al término de este su segundo gobierno, el 98% de limeños tendrá agua potable y alcantarillado.