No es novedad que durante estas fechas unos opten por vivir eufóricas noches de fiesta. Otros viajen para conocer el interior del país, o algunos simplemente decidan quedarse en casa para descansar.Sin embargo, nunca faltan los devotos que ansían vivir su fe al formar parte de
multitudinarias procesiones llenas de color y fervor religioso.
Y si de procesiones se trata, no hay duda que Ayacucho, Cuzco, Huaraz, y Tarma son las ciudades que se han hecho
famosas por sus excéntricas y pintorescas celebraciones.
Ayacucho Ayacucho mantiene una fe inalterable que se refleja en sus procesiones de Semana Santa. Basta con decir que las celebraciones empiezan en domingo de Ramos, cuando del templo de Santa Teresa sale en procesión la imagen de Cristo, acompañado de doce devotos que cargan el anda. Continuando con las fiestas, el jueves Santo los templos abren sus puertas para que el pueblo recorra sus estaciones; y el viernes Santo, tras escucharse el Sermón de las Tres Horas, se espera la salida de la procesión del Santo Sepulcro desde el templo de Santo Domingo. Todo ello a oscuras y sólo alumbrado por velas. Al día siguiente, Sábado de Gloria, la fiesta, el repique de campanas y festejos populares acaparan la ciudad.
Finalmente, el domingo de resurrección sale la procesión de La Aurora a las 4 de la mañana, despidiendo las últimas sombras con cohetes y bombardas. No hay duda que esta ciudad es el mejor reflejo de la religiosidad y espiritualidad del Perú.
Cusco , al igual que Ayacucho, experimenta un gran fervor religioso durante estas fechas. Un mar humano acompaña a la procesión del
Señor de los Temblores, la cual es considerada como la celebración más importante de la
Semana Santa cuzqueña y que desde 1650, fecha en que la ciudad sufrió un devastador terremoto, recorre cada lunes de Pascua las calles de la Ciudad Imperial. Como dato adicional, el Señor de los Temblores representa a un Cristo crucificado de color cobrizo, producto de centenares de años de estar expuesto al humo de los cirios de los devotos.
Tarma En
Tarma la
Semana Santa es todo un acontecimiento. Cada
Viernes Santo -día central de las fiestas- miles de fieles se congregan en la
Catedral de Santa Ana para acompañar la procesión del
Santo Sepulcro y la
Virgen Dolorosa que , como cada año, recorre las plazas y avenidas que son alfombradas plenamente con tapices de flores para bailar la tradicional danza del chonguinada.
Al día siguiente, en la noche del
Sábado de Gloria, una extraordinaria fiesta llamada
‘La Media Naranja’, se celebra frente a la
Municipalidad de Acobamba, en la que los devotos danzan al ritmo de cinco orquestas y al pie de los fuegos artificiales para recibir el
Domingo de Resurrección.
Huaraz no se queda atrás. La festividad se inicia el
Domingo de Ramos con el tradicional desfile de las palmas, donde la imagen de Cristo recorre las principales calles de la ciudad, recibiendo el aplauso y homenaje de la población. Sin embargo, el
Viernes Santo, día central de las fiestas, la ciudad es partícipe de la principal celebración: la procesión del Cristo de la Cruz. Durante la noche, en medio de la penumbra, varios devotos, vestidos con túnicas blancas, colocan la imagen de Cristo en el
Santo Sepulcro (una urna de vidrio) para llevarla en procesión por las calles y avenidas de
Huaraz.
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