El amor está destinado al fracaso

Un estudio matemático determinó que las relaciones de pareja “para toda la vida” son imposibles. Aquí la demostración.


Aunque es algo que ya se daba por cierto, una investigación hecha en España demostró matemáticamente que el amor para toda la vida es algo que no funciona, es decir, que está condenado al fracaso.

José Manuel Rey, profesor del Departamento de Análisis Económico de la Universidad de Madrid, utilizó para su trabajo una combinación de la Segunda Ley de la Termodinámica y las ecuaciones de ingeniería, lo cual permite explicar qué pasa con las relaciones de pareja.

“En el mundo de la física, un recipiente que está caliente tiende a enfriarse de manera espontánea si nadie lo mantiene con calor; con las relaciones pasa lo mismo, hay que cuidarlas”, dijo el investigador al explicar cómo utiliza la Segunda Ley de la Termodinámica a las relaciones de pareja.

Este trabajo, que fue publicado por la revista científica PLoS ONE, no evalúa el romanticismo ni la química inicial. Toma en cuenta el momento en que la pareja racionalmente decide estar junta para toda la vida. A partir de allí, el investigador aplica la teoría del control óptimo -la misma que utilizan los ingenieros para mantener un satélite en órbita o tripular una nave espacial-, para conocer cómo debe ser ese esfuerzo.

Como es previsible, la conclusión de mantener una relación a largo plazo “es muy difícil”, pero la fórmula matemática no dice por qué. Para empezar, “la manera de regar el jardín, de mantener nuestra relación, es muy particular. Cada pareja debe descubrir su patrón específico, que no es evidente”, afirma Rey, quien añade que uno debe conocer cuánto está dispuesto a esforzarse en estos casos. “Esto es perverso, porque siempre será insuficiente”, afirma.

El modelo es bastante desalentador, “especialmente si lo aplicamos a la sociedad en la que vivimos, en la que prevalecen las políticas de poco esfuerzo y mucha recompensa”, añade Rey.

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