El estudio analizó a casi 13.000 participantes y descubrió que el uso del celular no aumentó el riesgo de desarrollar meningiomas (un tipo de tumor frecuentemente benigno y común) ni gliomas (una forma más extraña pero mortal de cáncer).
El estudio requirió 10 años para su realización y fue conducido por la Agencia para la Investigación del Cáncer de la Organización Mundial de la Salud.
Entre sus conclusiones señala que había "indicios" de que el uso excesivo de estos aparatos podría aumentar el riesgo de padecer gliomas, pero "las desviaciones y los errores impidieron una interpretación causal" que señalara directamente a la radiación de los celulares como responsables de un turmor.
El uso excesivo está definido en el estudio como 30 minutos o más de llamadas al día.
Los autores reconocieron que una fuente de esta posible imprecisión fue el hecho de que los participantes tenían que recordar cuánto tiempo y en cuál oído utilizaron sus aparatos de telefonía móvil durante la década anterior.
Incluso los resultados de algunos grupos mostraban que el uso de teléfonos celulares parecía reducir el riesgo de desarrollar cáncer, algo que los investigadores definieron como "inverosímil".
Los autores dijeron que se necesitan más investigaciones antes de que puedan afirmar que no hay una relación entre las radiaciones de los celulares y el cáncer cerebral. Lo que sí quedó claro es que el uso que da la gente a estos aparatos ha cambiado considerablemente desde el 2000 hasta ahora.
Los científicos también planean examinar si el uso del celular aumenta el riesgo de tumores en el nervio acústico del oído y la glándula parótida, donde se produce la saliva. Otro estudio se encargaría de los efectos de los teléfonos móviles en niños, que se cree son más susceptibles a los efectos de la radiación.
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