Se atendieron casos de fatiga, baja presión, dolores de cabeza y síntomas de fiebre en ambulancias estacionadas en varios puntos de las avenidas Larco y Diagonal.
La PNP dispuso desde la 1 p.m. un plan de desvíos que funcionó sin embotellamientos, debido al número de vehículos que transitaba por las avenidas Ricardo Palma, Paseo de la República y Arequipa.
En varios puntos de la ruta por donde pasó el corso las áreas verdes quedaron maltratadas. En la primera cuadra de la Av. José Pardo, a escasos metros del óvalo de Miraflores, los transeúntes derribaron parte de una cerca que separa la berma central de la pista y pisotearon las plantas. En las avenidas Larco y Diagonal, jóvenes treparon árboles de mediano tamaño en su afán de buscar una mejor ubicación.
En el óvalo se pudo apreciar gran cantidad de desperdicios de comida y vasos de gaseosas, bebida que era entregada de manera gratuita en varios módulos.
La irresponsabilidad de algunos padres de familia también se evidenció cuando colocaron a sus menores hijos en los techos de las cabinas telefónicas. Con el fin de encontrar un buen lugar para apreciar el espectáculo muchos se subieron a los techos de algunos vehículos estacionados y hasta a las tolvas de las camionetas policiales. En este último caso, con la venia de los agentes del orden.
Hasta las mesas de ajedrez de la plaza Esteban Canal sirvieron de tribuna.
METROPOLITANO REPLETO
Tras los fuegos artificiales, la estación Ricardo Palma del Metropolitano estuvo abarrotada. Tanta era la cantidad de personas, sobre todo en la ruta hacia el Cercado de Lima, que en su afán de ingresar algunos lo hicieron por la puerta de salida. En la zona para abordar el bus también se formaron aglomeraciones, pero por pocos minutos, ya que las unidades de transporte no demoraron en llegar.
En el cruce de las avenidas Angamos y Paseo de la República, grupos de delincuentes aprovecharon la nula presencia policial para arrebatar carteras y celulares a las personas que llegaban a esa zona tras presenciar el corso.
SEPA MÁS
Baños portátiles para hombres, mujeres y discapacitados fueron colocados en varios puntos de la avenida Larco y en el Parque Central.
Al corso llegaron familias enteras, algunos con sus bancas y escaleras para poder ver mejor el desfile.
Debido a la gran cantidad de personas que pasaban por la Av. Diagonal, el restaurante Haití tuvo que guardar sus mesas y sillas, colocadas habitualmente en el frontis.
En el centro del Parque Central se ubicó una carpa para recibir a niños desaparecidos. Hasta el cierre de edición no se había reportado ningún caso.
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