Lenguaje sexual en la cama

Cuántas veces te habrás preguntado lo que le gustaría a él que le dijeras en la cama, qué palabras podrían excitarle más, o, también, por qué él no te dice nada, o por qué utiliza unas palabras tan groseras cuando hacen el amor.

Conviene no perder de vista que estamos en un terreno muy personal donde no existen recetas que resulten útiles para todos. Hay varias razones que lo explican.


Ellas hablan, ellos miran

Eso significa que, en principio, las mujeres serían más sensibles al lenguaje sexual en la cama que los hombres. Y que la tendencia general de ellas sería hablar en la cama, y a ser receptivas a lo que se les diga. Algo que a ellos les horroriza, pues no tienen las mismas habilidades que las mujeres con el lenguaje, ni el mismo gusto por él.

Es un asunto muy personal

En segundo lugar, después de hacer esa generalización, conviene añadir que las cosas no siempre son así: cada cual tiene sus preferencias, porque también hay mujeres silenciosas que se distraen si se les habla durante las relaciones sexuales, y existen hombres muy locuaces a los que les encanta decir cosas; a veces demasiadas o demasiado intimidatorias.

De gustos y colores...

En tercer lugar, también hay que tener en cuenta los gustos personales de cada cual a la hora de utilizar este tipo de lenguaje. No se trata sólo de pedirle que te hable a alguien que no lo desea, o contarle algo a una persona que requiere silencio, es que incluso aunque se tenga gusto por las palabras en la cama, hay que saber qué lenguaje se ha de utilizar: ¿romántico? ¿sensual? ¿lascivo? ¿equívoco? ¿cursi?

Con frecuencia, el gusto por el lenguaje erótico en la cama viene de la trasgresión que supone utilizar palabras que cada cual se tiene prohibidas en contextos no eróticos. Otras veces, lo excitante viene del uso de palabras corrientes, anodinas, para describir hechos sexuales muy personales en el seno de cada pareja. Pero resulta imprescindible conocer cuáles son en cada miembro de la pareja para evitar meter la pata.

¡Qué roche!

A las mujeres, el lenguaje erótico les intimida un poco. Pero, repito, esta afirmación no deja de ser una generalización, quizás excesiva; existen peculiaridades personales que se deben conocer para saber a qué se tiene que atener cada cual.

Puede consistir en una forma de designar los genitales (que a oídos de terceras personas podría sonar, incluso, ridícula), una palabra de significado distinto pero que en la cama se utiliza para denominar a una actividad sexual concreta, un modo muy personal de llamar a la pareja en una situación apasionada, o, simplemente, puede tratarse de un halago dicho a tiempo para enardecer más al otro.

Si bien, el lenguaje en la cama con la pareja es algo que varía de acuerdo a los gustos de cada cual, y los hombres suelen ser menos propensos a hablar, en la cama son ellos quienes tienen cierta preferencia por el uso de expresiones voluptuosas e, incluso, groseras.

Son numerosas las combinaciones que se pueden hacer con el lenguaje erótico. Y tiene la peculiaridad de que es personal e intransferible. Por eso, su uso requiere acuerdos previos. Por eso no existen manuales de uso de palabras eróticas en la cama.

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