Y es que la madre durante el embarazo experimenta una serie de cambios físicos y emocionales. Se vuelve más sensible y por lo tanto demanda mayor afecto y comprensión.
“El entorno emocional de la gestante es muy importante, la relación que tenga con la pareja o con la familia influirá en la personalidad que va a tener al niño porque desde el vientre materno ya va grabando emociones” señaló Asán.
Por esta razón es que los hospitales y centros de salud incentivan de un tiempo a esta parte la participación del padre en los controles médicos y en los programas de preparación para el parto o estimulación prenatal, a fin que el vinculo afectivo padres – hijo, se establezca a temprana edad.
“Los niños que han recibido estimulación y afecto desde el vientre materno son niños mas seguros, mas sociables, sanos y felices, el afecto es un alimento indispensable para el desarrollo de todo niño o niña”
La especialista destaca además la importancia de la presencia del padre durante el parto, no solo como apoyo a su pareja sin para que la primera imagen que tenga el niño al nacer sea la de los padres.
“Desde que el niño nace tiene la capacidad de grabar la primera imagen que ve, hasta hace poco solo era de la madre, por eso ahora se promueve la participación del padre en la sala de partos”.
¿Y las mujeres que afrontan solas el embarazo?
En el caso de las mujeres que afrontan solas la maternidad, la especialista sugiere buscar un apoyo emocional que puede ser un familiar o una persona muy amiga. Asimismo recomienda que todas las madres, con o sin pareja, aprendan a controlar las emociones negativas y las transformen en positivas por bienestar de su bebé.
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