Su voz es sin duda una de las principales claves del éxito de los Cranberries, aunque su modestia le cueste admitirlo: “Puede ser, tal vez”. Alguien dijo por allí que su abuela había vivido en el Perú, pero antes de que termine de formular la pregunta aclara: “Sabes, eso no es cierto. No tengo idea de dónde sacaron eso”. Dolores O’Riordan, vocalista de esta respetada banda irlandesa suena, del otro lado del auricular, melodiosamente seria.
Confiesa que pese a estar feliz de salir de gira nuevamente con la banda, en su momento, la separación fue lo mejor que les pudo pasar (“Era la única forma de que lográramos extrañarnos). Sus palabras vienen envueltas en un celofán de espiritualidad. Es fácil creerle. Me cuenta que ha leído mucho sobre el Perú, mientras promete en Lima una noche con los mejores hits de Cranberries, singles como “Ordinary Day” o “The Journey”, de sus trabajos como solista, y un nuevo disco de la banda en breve.
Cree ser una persona religiosa, asegura que los panes que preparaban los hermanos Hogan (guitarrista y bajista), cuando eran panaderos antes que músicos, eran muy malos; y explica que sus amicales letras en los inicios (al menos hasta “Zombie”), ajenas a la violencia política de esos años en Irlanda, obedecían a que vivían al sur, en un área menos radical. The Cranberries se presentará el 8 de febrero en la explanada del estadio Monumental. Entradas en Tu Entrada.
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