Manual de masajes eróticos

Los masajes eróticos no solo son el preámbulo perfecto para iniciar una relación sexual: te dan la oportunidad perfecta para descubrir centímetro a centímetro el cuerpo del compañero, sus centros sensitivos, sus gustos, sus fantasías, incluso desvelarle sensaciones placenteras en zonas que ni remotamente había considerado eróticas… hasta ahora.

Para disfrutarlo plenamente hay una regla de oro: dejarse llevar, abrir la mente a una nueva dimensión de la seducción. Quizás cueste un poco la primera vez, pero con el tiempo conseguirás establecer la intensidad adecuada a cada parte del cuerpo para lograr una experiencia más placentera y sensual.

Técnicas
Para comenzar lo primero que hay que hacer es crear un ambiente relajado y agradable. Sobre todo, hay que buscar una postura que sea cómoda para los dos, ya que es un estímulo prolongado que lleva su tiempo.
El masaje erótico se centra en las terminaciones nerviosas de la piel, para llegar a los sentidos y así reavivar la libido.

Los primeros roces deben ser muy suaves, apenas perceptibles, para luego ir creciendo en intensidad, incrementando la presión realizada. Además, los movimientos deben mantener un cierto ritmo, que exista coherencia entre ellos. Cuando veamos que la pareja está alcanzando un importante nivel de excitación, podemos pasar a las caricias con los labios, soplidos, besos suaves, cortos, investigando cada rincón de su piel. Después puedes usar todo el cuerpo: lengua, pechos, cabello, incluso los pies. Todas las variedades posibles son válidas para conseguir llevarla al éxtasis. Lo más importante: la creatividad.

¿Dónde disfrutar más?
Todo el cuerpo es potencialmente receptivo para el placer, no sólo las zonas erógenas. A continuación te mencionamos los lugares más especiales donde disfrutarlo.
 
Pies. Son los grandes olvidados y, sin embargo, altamente excitables por las numerosas terminaciones nerviosas que tienen. Aunque hay que tener en cuenta que hay personas con extremada sensibilidad que no pueden soportar un masaje en los pies sin soltar una carcajada.

Zona interior de los muslos. Es un lugar extremadamente sensible y agradecido.

Glúteos. Los amasamientos en esta zona ‘desestresan’ y desinhiben.

Espalda. La más receptiva para las caricias.

Alrededor del ombligo. La piel en esta zona es tan sensible que al ser tocada se vuelve muy excitable.

Manos. Al igual que los pies, están cargadas de terminaciones nerviosas, por ello los roces y fricciones son muy bien recibidos.

Cuello y hombros. Además de ayudar a aliviar tensiones, son zonas muy ‘seducibles’ que reciben con agrado besos y roces más íntimos.

Frente y labios. Aquí es mejor utilizar las yemas de los dedos y los labios, ya que son zonas pequeñas y delicadas. Seguro que en este punto la imaginación del ‘masajeado’ estará al cien por ciento.

Cuero cabelludo. Si el masaje se realiza de forma suave, relaja, pero si se presiona con pasión puede ser una llamada al sexo.

Genitales. Esta es la zona XXX, su manipulación enciende ‘ipso facto’ la pasión, por ello hay que dejarla para el final. Además, si se estimula de primeras, sin que el resto del cuerpo esté preparado, puede llegar a resultar molesto. Comienza por hacer un recorrido alrededor y deja las partes erógenas para lo último.

Recuerda que esto no es una masturbación (aunque puede acabar en ello).

Beneficios
Un masaje erótico puede llegar a ser igual de excitante tanto para quien lo da, como para quien lo recibe. Es un momento especial para vivir en pareja, el preámbulo perfecto para iniciar una relación sexual porque aumenta el deseo en la pareja. También puede ser, en sí mismo, una relación completa en una dimensión diferente al coito. Además, es una terapia sexual para aquellos que tengan problemas de eyaculación precoz o impotencia, en los hombres, y frigidez en las mujeres (combinada con otro tipo de tratamientos).

La estimulación también nos prepara para tener orgasmos más prologados; elimina la monotonía y provee de creatividad a la relación sexual; ayuda a dejar de lado los problemas y el estrés del día lo que permite disfrutar más del momento íntimo; también ayuda a conocer mejor a la pareja, sus gustos y necesidades. Es una oportunidad única para el acercamiento, la intimidad en un solo cuerpo, la entrega total sin las barreras que a veces imponen la cultura y la sociedad. Esto permite vivir el sexo a otro nivel.

Además de estos efectos, el masaje erótico también tiene otros fisiológicos, que repercuten no sólo en la salud sino también en la belleza. Un masaje no deja de ser una técnica que estimula la circulación sanguínea, por la vasodilatación que provoca la fricción de los tejidos, y esto trae consigo múltiples efectos sobre el organismo:

- Alivia las tensiones musculares y los dolores, por la liberación de sustancias que influyen en efectos de relajación y bienestar.

- Aumenta los niveles de oxígeno en sangre, lo que conlleva a mejorar el tono muscular.
- Facilita el retorno venoso.

- Es una técnica efectiva de exfoliación cutánea natural con la que se eliminan células muertas.

- Activa las glándulas sudoríparas y sebáceas, por lo que se facilita la salida de sustancias de desecho.

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