Los equipos de salvamento de la isla no lograron excavar a tiempo las zonas sepultadas por el barro en la aldea de Siaolin, donde se calcula hay 398 víctimas.
Tras ocho días de febriles operaciones de rescate obstaculizadas por el mal tiempo, no se pudo aún rescatar a los miles de incomunicados por las inundaciones de agua y barro traídas por el tifón Morakot, que causó la muerte al menos de 124 personas y 56 desaparecidos.
Los equipos de salvamento de la isla no lograron excavar a tiempo las zonas sepultadas por el barro en la aldea de Siaolin, donde se calcula hay 398 víctimas, y en otras zonas de la isla.
Aún quedan miles de personas aisladas en aldeas por la rotura de puentes y carreteras, aunque ya se han abierto algunos senderos y se les han enviado alimentos por tierra o aire, informó el Centro Nacional de Emergencias.
El presidente taiwanés Ma Ying-jeou reconoció ayer que el Gobierno no reaccionó con la rapidez deseada al inesperado desastre desencadenado por Morakot, que causó las peores inundaciones en más de 50 años.
"Pudimos hacerlo mejor y con más presteza, pero no lo hicimos mejor ni más rápido. Perdón", dijo Ma.
La magnitud del desastre y la persistencia del mal tiempo después de que Morakot abandonase la isla también contribuyeron a que no se lograse restablecer el contacto con miles de víctimas, ni se pudiesen rescatar a los sepultados bajo el barro.
El primer ministro Liu Chao-hsiun considera que la lentitud en el rescate está justificada por el mal tiempo, ya que "el jueves y viernes rescataron 4.700 personas, y antes no era posible".
"Las operaciones de rescate han ido "bastante rápido sin retraso", dijo Liu.
La oposición taiwanesa atacó con fuerza al presidente Ma Ying-jeou, ante una nota del Ministerio de Exteriores a las oficinas representativas de la isla, indicándoles que no se necesitaba ayuda de equipos de rescate extranjeros.
"Ma rechazó inicialmente la cooperación militar estadounidense para no enemistarse con China", dijo la legisladora del independentista Partido Demócrata Progresista Kuang Pi-ling.
Ma aceptó, al final, el envío de helicópteros militares estadounidenses, según informó el Ministerio de Asuntos Exteriores.
El mandatario taiwanés también ha recibido muchas críticas por sus declaraciones, la semana pasada, de que la magnitud del desastre sería menor, si los residentes de las zonas afectadas hubiesen aceptado ser evacuados antes del tifón.
Hasta la fecha, 59 países y 19 organizaciones internacionales han enviado ayuda para las víctimas del tifón Morakot en Taiwán, informó el Centro Nacional de Operaciones.
El papa Benedicto XVI envió 50.000 dólares en ayuda para las víctimas, que fueron entregadas por el encargado de la Nunciatura en Taiwán, Monseñor Paul Russell.
La Iglesia Católica en Taiwán ha celebrado numerosas ceremonias religiosas por las almas de los fallecidos en la tragedia, enviado equipos médicos y lanzado una campaña de recaudación de ayuda.
La cifra final de víctimas será mayor que las confirmadas ya que en la aldea de Siaolin hay unas 398 personas sepultadas bajo el barro desde el 8 de agosto, lo que llevó al presidente Ma a no descartar 500 muertos.
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