Los familiares, viendo que no se despertaba del coma, la dieron por muerta y compraron un 'kifin' o sábana blanca, siguiendo la tradición musulmana, y la enterraron en el cementerio del pueblo.
Según publica hoy la televisión Al Arabiya, los burros, propiedad de la supuestamente fallecida, se asustaron al ver que su dueña no volvía a la cuadra por lo que, siguiendo su olor, andaron hasta el cementerio y se plantaron delante de su tumba.
Una amiga de la 'víctima' sintió rebuznar a los burros que, cuando callaron, dejaron que se oyeran los gritos de la mujer que pedía auxuilio. Los familiares de esta tunecina lograron desenterrar a esta afortunada señora.
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