Caroline C. –autora de los potentes gemidos– interpuso una demanda ante un tribunal de Newcastle después de recibir una multa por no cumplir una orden que la acusaba de contaminación acústica. No obstante, el juez negó su pedido.
Los vecinos se quejan de que los ruidos sexuales comienzan a media noche y no acaban hasta las 2 o las 3 de la madrugada. Casi a diario. Según Rachel O’Connor, una vecina de la zona, el sexo de esta pareja es es “antinatural” y “excesivo”, porque “suena como si a los dos les doliera mucho”.
Las autoridades han instalado dispositivos para controlar el ruido en el dormitorio. Una testigo afirma que la mujer querellada grita “como si la estuvieran matando”. Ella, en su defensa, dijo que no puede controlar los sonidos, pese a que ha intentado incluso colocarse una almohada en la cabeza durante el acto sexual con su pareja.
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