Gritar demasiado cuando se tiene sexo puede costar una demanda


Los vecinos de un barrio en Newcastle llevan a los tribunales a una pareja a la que acusan de contaminación acústica.


Un grupo de habitantes de una comunidad inglesa se unieron para evitar que una pareja de vecinos continúe haciendo bulla cuando mantiene relaciones sexuales. Un cartero y una mujer que pasa por la casa de estos cuando lleva a su hijo al colegio encabezan la peculiar querella.

Caroline C. –autora de los potentes gemidos– interpuso una demanda ante un tribunal de Newcastle después de recibir una multa por no cumplir una orden que la acusaba de contaminación acústica. No obstante, el juez negó su pedido.

Los vecinos se quejan de que los ruidos sexuales comienzan a media noche y no acaban hasta las 2 o las 3 de la madrugada. Casi a diario. Según Rachel O’Connor, una vecina de la zona, el sexo de esta pareja es es “antinatural” y “excesivo”, porque “suena como si a los dos les doliera mucho”.

Las autoridades han instalado dispositivos para controlar el ruido en el dormitorio. Una testigo afirma que la mujer querellada grita “como si la estuvieran matando”. Ella, en su defensa, dijo que no puede controlar los sonidos, pese a que ha intentado incluso colocarse una almohada en la cabeza durante el acto sexual con su pareja.

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