La joven diva estadounidense del rock Pink ha confesado haber sido una adolescente díscola y desobediente, a la que su madre acabó echando de casa ante la imposibilidad de controlarla.
Añade que a los 15 años su madre le echó definitivamente de casa, aunque “ahora nos entendemos estupendamente”, si bien -explica- “no estamos hechas para vivir juntas”.
“EXPERTA TATUADORA”
La cantante de pelo escandalosamente coloreado señala que, entre tanto, es una experta tatuadora y que durante una gira tatuó personalmente a todos los miembros de su banda.
“También mi mejor amiga tiene un tatuaje mío. Primero le planté un beso en la tripa con mis labios pintados de carmín y luego le tatué el dibujo”, destaca Pink, cuyo verdadero nombre es Alecia Beth Moore.
Igualmente confiesa que su gran vicio son los cigarrillos y que “no puedo dejar de fumar. Hecho humo desde que tenía nueve años. Es asqueroso. Odio los cigarrillos, pero soy una absoluta fumadora. He tratado tantas veces de dejarlo, que ahora debería dejar de intentarlo”.
NO TODO ES PERFECTO EN EL ESCENARIO
Finalmente reconoce que tiene una tendencia fácil a la carcajada y que sobre el escenario no todo sale a la perfección, ya que “con frecuencia me olvido de los textos o como se toca la guitarra y entonces me parto de risa”.
“Hace un par de días le pisé sin querer a mi compañero de baile en la cara. Fue terrible, pero no podía dejar de reírme”, señala la cantante, que saltó a la fama con la canción “Most Girls” hace ya nueve años.
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