El propio Frank Tolbert no esconde lo evidente y hasta se siente orgulloso de ello. "La gente viene y me pregunta: ¿puedes moverlo? ¿te afecta? Yo siempre les digo lo mismo: no". El escolta contó que su padre y su abuela también los tienen y es algo de lo que no siente ningún tipo de vergüenza.
En el perfil de Tolbert en el sitio oficial de la Universidad de Auburn le consultan al jugador de qué se siente más orgulloso y el joven responde: "De mis dedos extra". Por ahora milita en el Siauliai lituano, donde espera abrirse paso en el exigente baloncesto europeo.
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