El Noveno Tribunal del Circuito de Apelaciones de San Francisco confirmó un fallo de una corte distrital en 2008 que sostuvo que los demandantes no consiguieron demostrar que el uso del iPod supone un riesgo excesivo para la pérdida de oído inducida por el ruido.
Jeff Friedman, un abogado de Berkeley, California, que representa a los demandantes, no devolvió una llamada realizada para obtener declaraciones. David Bernick, que representaba a Apple, no hizo declaraciones.
Apple ha vendido más de 220 millones de iPods desde su lanzamiento en 2001. Con cada iPod recomienda el uso a volumen adecuado para evitar daños auditivos.
También dijeron que los iPods suponen un peligro por su falta de medidores de volumen o propiedades para aislar ruidos, a pesar de ser capaz de emitir sonidos hasta los 115 decibelios.
El tribunal de apelaciones dijo que los demandantes mostraron métodos que pensaban que podrían ser más seguros para lo iPods, no que estos fueran peligrosos.
"Los demandantes no alegan que los iPods fallaban en hacer algo para lo que estaban diseñados, ni alegan que ellos, u otros, hayan sufrido o vayan a sufrir pérdidas inevitables de audición u otras lesiones", dijo el juez David Thompson.
"A lo sumo, los demandantes alegaron un riesgo potencial de pérdida de audición no en ellos mismos, sino en otros usuarios no identificados de iPod," dijo.
Los demandantes buscaban daños monetarios, y requerir a Apple que mejore la seguridad y las prescripciones, suministre auriculares mejores y revise la audición a los usuarios de iPod.
Jeff Friedman, un abogado de Berkeley, California, que representa a los demandantes, no devolvió una llamada realizada para obtener declaraciones. David Bernick, que representaba a Apple, no hizo declaraciones.
Apple ha vendido más de 220 millones de iPods desde su lanzamiento en 2001. Con cada iPod recomienda el uso a volumen adecuado para evitar daños auditivos.
RIESGO EN LOS AURICULARES
Los demandantes, Joseph Birdsong y Bruce Waggoner, argumentaban que los auriculares del iPod están diseñados para situarse en un lugar profundo del canal auditivo, lo que incrementa el peligro de daños a la audición.También dijeron que los iPods suponen un peligro por su falta de medidores de volumen o propiedades para aislar ruidos, a pesar de ser capaz de emitir sonidos hasta los 115 decibelios.
El tribunal de apelaciones dijo que los demandantes mostraron métodos que pensaban que podrían ser más seguros para lo iPods, no que estos fueran peligrosos.
"Los demandantes no alegan que los iPods fallaban en hacer algo para lo que estaban diseñados, ni alegan que ellos, u otros, hayan sufrido o vayan a sufrir pérdidas inevitables de audición u otras lesiones", dijo el juez David Thompson.
"A lo sumo, los demandantes alegaron un riesgo potencial de pérdida de audición no en ellos mismos, sino en otros usuarios no identificados de iPod," dijo.
Los demandantes buscaban daños monetarios, y requerir a Apple que mejore la seguridad y las prescripciones, suministre auriculares mejores y revise la audición a los usuarios de iPod.
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