Esas son algunas de las conclusiones a las que ha llegado la odontóloga Menevse Deprem-Hennen en su doctorado titulado "El dentista del diablo" tras analizar unas actas del especialista personal de Hitler, el general de las SS Johannes Blaschke.
En declaraciones que publica el dominical "Bild am Sonntag", la facultativa saca una serie de conclusiones del análisis de estos informes, actas que durante años se creyeron perdidas.
"Es muy probable que Hitler padeciera una fuerte halitosis", dice Deprem-Hennen y añade que el dictador nazi "se alimentaba muy mal y sufría parodontosis".
"Es probable también que, como muchas personas, Hitler tuviera miedo al dentista", dice la odontóloga, quien saca esta conclusión del hecho de que, en lugar de hacer un tratamiento de raíz en una o dos sesiones, Hitler hacía llamar al dentista hasta ocho veces.
En 1944, Blaschke le extrajo una muela de la mandíbula superior a causa de una infección, según revelan las actas odontológicas del "Führer".
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