Lo fácil sería decir que estas cosas sólo pasan en Japón, pero no es así. La historia del fútbol nos ha dejado más lanzamientos de penalti de lo más absurdo, e incluso ridículos como el que protagonizaron Thierry Henry y Robert Pirés en su dorada etapa del Arsenal. El punto fatídico ha llegado a dar, incluso, argumentos para películas.
No obstante, el premio se lo lleva el Hiroshima y su jugador Hisato Sato. Fue capaz de sorprender al portero del Shimizu S-Pulse gracias a la maestría de un compañero. El 'falso' lanzador se quedó de espaldas a portería, gesticulando como si fuera a girarse y tirar. Una clara maniobra de engaño, pero... Su compañero Sato, que esperaba en la frontal esperando un posible rechazo, emergió dentro del área y marcó el gol.
La estupefacción se apoderó de jugadores y afición. Ese gol engañó a todo el mundo, pero no tendría que haber subido al marcador porque la FIFA dice que el lanzador tiene que estar "perfectamente identificado".
El caso es que es el penalti más original del momento.
Fuente: Eurosport
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