¿Son exageradas la autoridades o relamente es tan peligroso volar? Lo cierto es que, a decir de los expertos, las cenizas que está paralizando Europa podrían resultar letales para un avión.
El primer problema es que, normalmente, los aparatos de navegación permiten detectar y, por tanto, evitar otros fenómenos meteorológicos adversos, pero resultan prácticamente inútiles es el caso de la nube de ceniza. Sobre todo los contornos, que no son muy densos, pueden pasar desapercibidos a la tripulación y, por ello, un avión en vuelo podría introducirse sin querer en la nube con consecuencias nefastas.
Las cenizas penetrarían en los motores y ocasionarían cortacircuitos, pueden llegar a pararlos. A esto habría que añadir graves problemas de visibilidad en el cristal de cabina y que, dada la velocidad de navegación de una aeronave (unos 900 kilómetros por hora), las micropartículas que contienen las cenizas corroerían las superficies creando grietas.
Al mismo tiempo colapsarían los sistemas de ventilación y entrarían en la nave, perjudicando a los pasajeros. Su carácter abrasivo daña el sistema respiratorio, la piel y los ojos.
¿CUÁNDO SE CALMARÁ LA SITUACIÓN?
De momento el volcán debajo del glaciar Eyjafjallajökull, en erupción desde hace tres días, mantiene su actividad y continúa enviando grandes cantidades de ceniza a la atmósfera.
Los expertos reconocieron la dificultad de predecir la evolución de la erupción en Eyjafjallajökull, ya que el único episodio de actividad del que se tiene información se remonta a 1821.
Entonces, la erupción duró más de un año y provocó una expulsión significativa de ceniza, aunque de forma intermitente.
Los expertos temen también que otro volcán próximo, el Katla, pueda entrar en erupción, puesto que también ha manifestado signos de actividad.
El primer problema es que, normalmente, los aparatos de navegación permiten detectar y, por tanto, evitar otros fenómenos meteorológicos adversos, pero resultan prácticamente inútiles es el caso de la nube de ceniza. Sobre todo los contornos, que no son muy densos, pueden pasar desapercibidos a la tripulación y, por ello, un avión en vuelo podría introducirse sin querer en la nube con consecuencias nefastas.
Las cenizas penetrarían en los motores y ocasionarían cortacircuitos, pueden llegar a pararlos. A esto habría que añadir graves problemas de visibilidad en el cristal de cabina y que, dada la velocidad de navegación de una aeronave (unos 900 kilómetros por hora), las micropartículas que contienen las cenizas corroerían las superficies creando grietas.
Al mismo tiempo colapsarían los sistemas de ventilación y entrarían en la nave, perjudicando a los pasajeros. Su carácter abrasivo daña el sistema respiratorio, la piel y los ojos.
¿CUÁNDO SE CALMARÁ LA SITUACIÓN?
De momento el volcán debajo del glaciar Eyjafjallajökull, en erupción desde hace tres días, mantiene su actividad y continúa enviando grandes cantidades de ceniza a la atmósfera.
Los expertos reconocieron la dificultad de predecir la evolución de la erupción en Eyjafjallajökull, ya que el único episodio de actividad del que se tiene información se remonta a 1821.
Entonces, la erupción duró más de un año y provocó una expulsión significativa de ceniza, aunque de forma intermitente.
Los expertos temen también que otro volcán próximo, el Katla, pueda entrar en erupción, puesto que también ha manifestado signos de actividad.
1 comentarios:
QUÉ TREMENDO . . .. POR AQUÍ EN EUROPA LA SITUACIÓN DE LOS AEROPUERTOS Y DE LOS PASAJEROS VARADOS ESTÁ TREMENDA, CON UNAS NEFASTAS CONSECUENCIAS PARA LAS LÍNEAS AEREAS !!!
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