“Hitler y los alemanes-Nación y crimen”, que presentará el Museo Histórico Alemán, yuxtapone imágenes y artefactos de la propaganda nazi, como bustos de Hitler, con filmaciones y documentación sobre la brutalidad del régimen y la participación de los alemanes en él.
Alemania ha visto muchas exhibiciones que exploran los acontecimientos de la era nazi, pero este pone a Hitler más en primer plano. Ocurre 75 años después de que los nazis tomaron control y en momentos en que los alemanes ven cada vez menos a Hitler como un tirano unidimensional y más como un hombre que disfrutó de vasta popularidad antes de arrastrar el país a la guerra.
El objetivo es explorar “de qué modo puede explicarse este poder e influencia, este dominio de Adolfo Hitler, y dejar en claro que uno de los factores fue la tendencia de una gran parte de la sociedad a aprobarlo y a seguirlo”, dijo el curador Hans-Ulrich Thamer.
La exhibición “trata de explicar el funcionamiento, el apoyo masivo y la fuerza destructiva del régimen”, agregó Thamer, historiador y profesor en la Universidad de Muenster, en una visita guiada de la prensa a la muestra en vísperas de su inauguración al público.
La colección de unas 600 piezas, junto con 400 fotos y carteles, lleva a los visitantes en un trayecto cronológico. La muestra incluye fotos de deportaciones de judíos y de pacientes de hospitales camino de la eutanasia.
Hitler tenía poco carisma natural, “todo lo que sabía hacer era hablar y exhortar”, añadió Thamer. Pero “otra gente suponía que era quien podía aportar la salvación y el consuelo nacional”.
Eso se tradujo en un apoyo creciente cuando los germanos acosados por la miseria económica de los años 20 buscaban un líder enérgico y chivos expiatorios, “y Hitler se los ofreció infamando enemigos, sobre todo los judíos y el marxismo”, agregó.
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