Los clásicos rivales de la Premier corrieron suertes distintas en su debut en el torneo. El United superó al Birmingham mientras Liverpool cayó ante Tottenham.
Un gol de Wayne Rooney dio el triunfo casero al Manchester United, vigente campeón liguero inglés, sobre el modesto Birmingham (1-0), en un estreno de la "Premier" 2009-10 que ha visto al subcampeón Liverpool caer en su visita al Tottenham (2-1).
Manchester United y Liverpool, los dos mejores equipos del último campeonato, y dos de los grandes favoritos al título, desde luego, no han tenido un inicio espectacular en la nueva temporada liguera. Pero al menos los pupilos de sir Alex Fergusson se llevaron el triunfo.
Una victoria sufrida para el Manchester United, que evidenció en su ataque la marcha del portugués Cristiano Ronaldo (Real Madrid) y que se llevó los tres puntos con un tanto de Rooney a los 34 minutos de juego. Le bastó para hacerse con el triunfo.
No se llevó la victoria, es más, se estrenó con derrota, el Liverpool del técnico español Rafa Benítez y del delantero Fernando Torres.
Con el brasileño Lucas Leiva en el puesto dejado vacante por el traspaso de Xabi Alonso al Real Madrid, el equipo no funcionó y sufrió las acometidas de un Tottenham que pudo llegar al descanso con una ventaja superior al 1-0, que logró Benoit Assou-Ekotto con un impresionante zurdazo, desde fuera del área, en el minuto 44.
Si la ventaja del Tottenham no fue superior la culpa la tuvo el meta español Pepe Reina, que realizó dos grandes paradas, especialmente una a remate de cabeza a bocajarro de Modric (m.30).
Reina, a poco de iniciada la segunda mitad, también salvó el segundo tanto local, tras duro disparo de Wilson Palacios.
Y, casi de seguido, el Liverpool empataba con un penalti marcado por su capitán Steven Gerrard (m.55), por derribo del meta brasileño Gomes a Glen Johnson. Era, prácticamente, el primer disparo a meta del conjunto de Benítez en lo que se llevaba de partido.
La respuesta del Tottenham fue rápida y contundente. Llegó el 2-1, tres minutos después, en remate de cabeza de Sebastien Bassong. A partir de ahí, el Liverpool se lanzó en busca del empate, pero lo hizo más con el corazón que con criterio, lo que facilitó la labor defensiva del conjunto de Harry Redknapp, que se llevó los tres puntos.
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