Woods, que cumple 34 años el miércoles, de repente ha pasado de ser quizá el nombre más visible en el mundo del deporte a ser, ahora, invisible.
La última vez que cualquier persona estuvo 100% segura de saber sobre el paradero de Tiger fue cuando fue atendido por los paramédicos luego de su ya histórico accidente de coche la noche del Día de Acción de Gracias, hace más de un mes. Y que, por supuesto, fue el comienzo del escándalo que tiene el mundo tan interesado.
No hay duda de que dos de las mujeres en la vida de Tiger son su esposa Elin Nordegren, quien se refugió en su Suecia natal con sus hijos durante la temporada navideña, mientras que una de sus presuntas amantes, Rachel Uchitel, ha estado en una fiesta pública en el estado al que Woods y su familia llamada hogar, Florida.
Un lugar donde no se espera ver al afamado jugador mejor pagado de la historia en el corto plazo son los campos de golf, eso es seguro.
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