Análisis del videojuego Singularity

En 1955, la Unión Soviética realizó experimentos secretos en la isla Katorga-12. Los soviéticos descubrieron las asombrosas propiedades del mineral E99: El poder de controlar el tiempo. Sin embargo, las cosas salieron mal y, tras una devastadora explosión, se decidió clausurar el lugar. En la actualidad, Estados Unidos descubre con sus satélites las instalaciones abandonadas y, como es su costumbre, manda a sus tropas a ver “si todo está en orden”.


De arranque, nos damos cuenta que la premisa de Singularity (PS3, Xbox 360 y PC) es original, pese a usar, una vez más, el estereotipo de “los gringos al rescate”. El juego de Raven Software narra las peripecias del soldado de las fuerzas especiales Nate Renko, quien deberá descubrir qué ha ocurrido en Katorga-12. ¿Lograremos nuestro objetivo o pereceremos en el intento?



Lo bueno
Singularity no es un FPS más. No nos encontramos con la tan manida ‘guerra moderna’, en la que todo será disparar por disparar. Todo lo contrario, es un juego muy estratégico, en el que deberemos saber administrar nuestro armamento y los poderes del Dispositivo de Manipulación de Tiempo (TMD, por sus siglas en inglés).

Precisamente, el poder que nos otorga el TMD, que podremos utilizar casi desde el principio de las acciones, es el ‘gancho’ de este juego. Con este dispositivo podremos envejecer o rejuvenecer diversos objetos (y hasta enemigos), crear campos de fuerza dentro de los cuales todo pasa ‘en cámara lenta’ o viajar en el tiempo (siempre que encontremos un portal). Un apartado de opciones muy interesante, ¿no?
Otro punto a favor es la ambientación de Katorga-12. Raven Software ha logrado plasmar con sobresaliente detalle un escenario post apocalíptico, en el cual veremos los efectos de la devastadora explosión que destruyó la isla. Por poner un ejemplo, recuerdo la sensación de opresión que sentí al entrar a una habitación llena de cadáveres.

El nivel de dificultad de Singularity es elevado. En Katorga-12 encontraremos dos tipos de enemigos: los monstruos mutantes productos de la explosión que devastó la isla y los soldados rusos que quieren eliminarte para que el secreto de la isla no se revele.

Los monstruos son rápidos y muy fuertes. Además, son resistentes a nuestro armamento. Para ello, deberemos usar inteligentemente el TMD. De lo contrario, nos encontraremos rápidamente sin munición. Las batallas contra los soldados rusos son relativamente más sencillas, pero, como ya dije antes, no los eliminarás disparando a lo loco.

También me gustó el nivel gore de Singularity. Los cuerpos de los enemigos responden a nuestros ataques. Por ejemplo, las cabezas de los soldados estallan tras un disparo certero. También puedes desmembrar a los monstruos, aunque eso no evitará que te sigan atacando.



Lo malo
Singularity no sorprende gráficamente. Si bien el nivel es más que aceptable, no hay elementos que nos dejen boquiabiertos, como ya ha ocurrido con otros títulos. Así, nos encontramos con personajes poco expresivos y sin mayores animaciones. Comparado con otras producciones en el mercado, creo que Singularity está en deuda.

Hubiese deseado un mayor número de monstruos. No llegan ni a 10 los tipos de mutantes que te encontrarás en Katorga-12, y eso que incluyo a los jefes y sub-jefes. Algo similar ocurre con los soldados rusos: No hay más de cuatro tipos de militares, con expresiones poco animadas.

Los efectos de sonido son acertados, pero la banda sonora pasa casi inadvertida. Eso se debió mejorar. Las voces de los personajes no son las mejores del mercado, y le quita muchos puntos las frases en ruso que los soldados repiten hasta el hartazgo.

Si bien Singularity no es un juego sencillo (por los enemigos), el camino a seguir es siempre lineal, casi sin opciones de investigación. Además, los puzzles son representan gran dificultad.

Finalmente, debo decir que Singularity no es un juego largo. A lo mucho necesitaremos invertir unas 9 horas para terminarlo, aunque la opción de sacar el final alternativo incentiva re-jugarlo.



Lo feo
El modo online de Singularity es paupérrimo. Solo tenemos dos opciones (Exterminio y Criaturas contra Soldados) que, en mi opinión, no tuvieron un trabajo a profundidad. El primero el típico ‘team deathmatch’, sin ninguna novedad respecto a lo ya visto en el mercado.

La segunda opción es una pelea desnivelada en la que el equipo de los soldados tiene todas las de ganar (tienen armas), mientras que los que controlan a los monstruos deberán correr a lo loco para poder matar de un zarpazo a sus enemigos. Asumo que en las próximas semanas saldrá un DLC para ampliar el abanico de opciones.

Conclusión: Singularity es un buen juego. Tiene una historia original, con giros argumentales interesantes. Además, no es un FPS más, en el cual solo deberemos disparar por disparar. Sin embargo, el apartado gráfico y el pobre modo online le bajan unos cuantos puntos. No es una compra 100% recomendada, pero no es una mala opción en estos momentos, en los cuales no hay muchas opciones en el mercado.

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