Para la gran mayoría de las adolescentes, sus embarazos son accidentales. No están preparadas psicológica ni físicamente para asumir esa gran responsabilidad. Pero el problema no es solo eso. También hay un gran riesgo de que sus bebés nazcan con algún problema de salud.

Javier Cruz Plata, director para América Latina de la Fundación de Waal –una ONG que auspicia un programa para evitar el embarazo adolescente–, alerta sobre el riesgo que corre el bebé concebido por una menor de edad: puede nacer con alguna complicación.

PROBLEMAS. El doctor Juan Torres Osorio, jefe del Servicio de Adolescentes del Instituto Nacional Materno Perinatal, nos explica que, efectivamente, hay muchas complicaciones en el alumbramiento de los bebés de madres muy jóvenes.

“*El mayor riesgo es el nacimiento prematuro y de bajo peso*. Con respecto a las malformaciones, existe un 2% de probabilidades de que las haya en los bebés de cualquier mujer. Pero hay más riesgos entre las *gestantes que superan los 35 años de edad*”, refiere.

¿Qué sucede si el bebé nace con bajo peso o es prematuro? Corre el riesgo de que sus órganos no estén totalmente desarrollados, lo que aumenta el peligro de discapacidades como ceguera, sordera, trastornos respiratorios crónicos, dislexia, hiperactividad, parálisis cerebral y retraso mental.

Cruz explica que el mayor riesgo lo tienen las menores de 16 años pues no están desarrolladas biológicamente para concebir una criatura.