Un trabajador social los ubicó después de que un abogado alemán comenzara a indagar sobre ellos en Hungría. El letrado les informó que la abuelita de ambos había fallecido recientemente en la provincia germana de Baden-Württemberg y que había nombrado como hereda universal a su única hija, la madre de los Peladi.
Pero la pareja de hermanos tiene un problema para gozar de la herencia: no tienen el certificado de defunción de su progenitora. Ella los abandonó cuando eran niños y se enteraron de su deceso por terceras personas. Ahora les queda demostrar ante un tribunal alemán que su madre ya no vive para echar mano de los millones y “tener suerte en el amor”, según manifestaron.
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