El fallecimiento de Yamaguchi se produjo en la mañana del lunes 4 de enero, tras luchar contra el armamento nuclear durante 64 años, pero no se ha conocido hasta hoy.
"He muerto dos veces y nací dos veces en esta vida, tengo que contar ese hecho de la historia antes de morirme", explicó el anciano a Efe en una entrevista realizada en agosto.
Este doble "hibakusha", como se conoce en Japón a las víctimas de las bombas atómicas, trabajaba en 1945 como ingeniero en Nagasaki del fabricante de armamento Mitsubishi Heavy, pero el día 6 de agosto de ese año estaba de viaje de negocios en Hiroshima cuando cayó la primera bomba.
Como cuenta en su libro "La vida regalada", publicado en 2006, tras pasar la noche en vela entre la destrucción reinante, al día siguiente consiguió tomar un tren con centenares de personas hacia Nagasaki, a 300 kilómetros de distancia.
Tres días después, el 9 de agosto, Yamaguchi volvió a ver la misma luz en el cielo antes del mediodía en su ciudad natal, cuando EEUU lanzó la segunda bomba sobre Japón, que precipitó el final de la II Guerra Mundial.
En el verano de 1945 Yamaguchi sufrió una fuerte reducción de glóbulos blancos y la pérdida del oído izquierdo, y después se operó de cataratas y perdió la vesícula, todas ellas dolencias achacadas a las radiaciones.
En 2006, Yamaguchi protagonizó un documental a los 90 años y se sacó su primer pasaporte para dar conferencias en Nueva York con las que insistir en que las bombas atómicas no tienen justificación, ni siquiera para acabar una guerra.
Al término de 1945, 74.000 personas habían fallecido en Nagasaki y otras 140.000 en Hiroshima por las heridas causadas por las bombas atómicas, aunque fueron muchas más las víctimas en años posteriores debido a las radiaciones.
Según datos del ayuntamiento de Nagasaki, hubo 34 dobles "hibakushas" que vivieron ambas tragedias pero hoy en día quedan apenas veinte testigos.
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